Los amantes y los dementes poseen cerebros tan bulliciosos, fantasías tan reales que perciben más de lo que la razón podrá comprender nunca. El lunático, el amante y el poeta están creados de imaginación. Uno de ellos ve más demonios de los que el vasto infierno puede contener; es el loco. El amante, como cualquier fanático, ve la belleza de Elena en la cima de Egipto. Estados de percepciones, amigos. ¿Nos vemos los unos a los otros tal y como somos realmente, o sólo vemos lo que queremos ver? La imagen distorsionada por nuestras lentes personales. Hoy he perdido a alguien. Y lo más gracioso es que ni siquiera sabía quién era.
*Fragment d'un capítol de Doctor en Alaska
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