Existe un triángulo entre Afganistán, Pakistán y Cachemira del que los medios de comunicación escribimos y hablamos mucho. La imagen que proyecta tanta información es la de unos territorios habitados por gentes que dedican una parte considerable de su tiempo a hacerse la guerra en nombre de dios o del diablo. Pero como en todo, detrás de lo llamativo a menudo está lo esencial, lo cotidiano: gente feliz que hace el amor, ríe y llora, cultiva campos, pastorea animales y fabrica y vende pasminas y pañuelos de seda maravillosos. No es una felicidad como la nuestra, edificada sobre un muro defensivo, o una alambrada, con tres comidas diarias, ducha caliente, agua potable, programas basura y el maldito sobrepeso. No; la de ellos es diferente porque su vida es otra: deslomarse de sol a sol sin pensar, que hacerlo en
exceso conduce al fanatismo. (fragment)
De Ramón Lobo pel diari El País. Surt no sé exactament amb quina periodicitat (bastant alta) i val molt la pena fer-li una ullada.
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada